El Palacio de la Audiencia de Soria se ha convertido durante los días 27 y 28 de octubre en el escenario de debate de una de las materias más importantes para la comunidad que se consolida como uno de los principales desafíos para el sector empresarial: la bioeconomía. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha inaugurado oficialmente el I Foro de Bioeconomía de Castilla y León, coordinador por la Fundación Cesefor, y apoyado por varias entidades de la comunidad como CARTIF, la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, el Ente Regional de la Energía (EREN) y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL).

El papel de Castilla y León, en materia de bioeconomía, ha sido el eje sobre el que ha girado este evento erigiéndose como tierra de oportunidades. Durante su intervención, Fernández Mañueco adelantó que, tanto los presupuestos para el próximo 2022, como la normativa, avalan el cambio de rumbo de Castilla y León hacia un modelo bioeconómico.

Christian Patermann, exdirector de la Comisión Europea, asesor del gobierno alemán y bautizado como ‘Padre de la bioeconomía’, fue el encargado de pronunciar la conferencia de apertura del Foro. Una sesión en la que destacó el fuerte papel de Castilla y León en la bioeconomía, todas las posibilidades que esta materia ofrece en la comunidad y las intenciones de mejorar en este campo, subrayando la mejora de la continuidad de estas palabras a través de su formalidad por escrito.

Un amplio panel de expertos procedentes de diferentes áreas nacionales e internacionales han dado a conocer sus experiencias a la hora de aplicar e impulsar la bioeconomía en sus diferentes territorios, como Finlandia, la Toscana, Canadá o País Vasco, entre otros. A través de estos ejemplos se mostró la necesidad de aumentar las capacidades y la formación en la comunidad hasta convertirse en referentes en calidad de vida de unos espacios más neutralizados, fomentar el desarrollo industrial e integrar los valores de sostenibilidad.

La primera jornada del I Foro de Bioeconomía de Castilla y León hizo especial hincapié en las oportunidades que presenta la transición hacia la bioeconomía como, por ejemplo, hacer frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad entre otros. Para cerrarla se visitó al grupo Losán, REBi y Nufri, tres empresas punteras en Castilla y León a la hora de apostar por la bioeconomía.

La segunda jornada del Foro giró en torno a la puesta en práctica de los principios teóricos de la bioeconomía teniendo en cuenta el cambio de paradigma que supone en materia de estándares económicos y productivos basados en la sostenibilidad, equidad y aprovechamiento de los recursos, y la recuperación del ámbito rural y sus valores.

Durante la primera parte de la segunda jornada se desarrollaron cuatro talleres de innovación y buenas prácticas basados en los cuatro pilares de la bioeconomía: la bioenergía, la bioeconomía forestal, la bioeconomía circular y la bioeconomía agraria y agroalimentaria.

Dolores Hidalgo, directora del Área de Economía Circular de CARTIF, fue la encargada de protagonizar el primer taller centrado en la bioenergía. A lo largo de su intervención, Hidalgo expuso varios proyectos orientados a superar la dependencia del gas mediante el impulso de otros vectores energéticos, como son el hidrógeno y el biometano.

La última de las mesas se tiñó de un tono más institucional poniendo en manifiesto a la bioeconomía como algo más que un proyecto teórico. Inazio Martínez, director de la Oficina Regional del Mediterráneo del Instituto Forestal Europeo (EFI), destacó durante su ponencia el papel de la bioeconomía como pieza principal hacia la transformación de la economía.

Benito Serrano, presidente de la Diputación de Soria, y Yolanda de Gregorio, delegada territorial de la Junta de la provincia, destacaron el éxito del evento en la clausura final. Asimismo, resaltaron la conciencia colectiva a la hora de aplicar estos términos extraídos del evento para guiar a la comunidad hacia un modelo económico basado en el aprovechamiento y transformación de recursos.

Concienciados con el impacto medioambiental que ha generado la presencialidad del encuentro, se ha querido dar una vuelta al concepto convirtiéndolo en un evento 100% neutral en carbono. La presencia de 250 participantes procedentes de 20 provincias de nueve países diferentes alcanza las 7,7 toneladas de Co2, y para compensar esta situación se trabajará en la restauración forestal de una hectárea con especies autóctonas en el monte ‘Castillejo de San Pedro’, situado en el término municipal de Valdeprado, Soria.

Conclusiones técnicas del I Foro de Bioeconomía de Castilla y León

1.- Castilla y León, territorio rico en recursos naturales biológicos, sitúa a la bioeconomía como la gran oportunidad del desarrollo económico, redistribución de la riqueza, resiliencia y una prosperidad inclusiva.

2.- Castilla y León está llamada a construir su propia visión de desarrollo a largo plazo en sentido amplio e integral, considerando la bioeconomía como el medio de aprovechamiento en cascada de sus recursos endógenos renovables.

3.- El éxito de su implantación dependerá de su forma de construcción, lo cual es decisivo apostar por un fuerte anclaje territorial donde confluya el ámbito rural y urbano, forestal y agrícola.

4.- La descarbonización de las actividades es la palanca principal de esta transformación donde es necesario el compromiso compartido de todos los actores, y especialmente de la administración pública, para liderar esta transición ecológica.

5.- Castilla y León posee recursos infra aprovechados por lo que forja necesario aumentar las capacidades de gestión territorial desde un enfoque de colaboración público-privada para aumentar su movilización de forma sostenible.

6.- La industria existente y la que debe crearse puede desplegar su potencial de la mano de la bioeconomía circular a través del desarrollo de productos sostenibles reemplazando el concepto de residuo por el de recurso.

7.- El desarrollo de la bioeconomía requiere una fuerte apuesta del sector privado para superar barreras tecnológicas, legales y de mercado, y muy en particular para incorporar personas con diferentes niveles de formación, contribuyendo a la adaptación de la misma para las necesidades del sector.

8.- La investigación e innovación en procesos, productos y modelos de negocio son esenciales en el desarrollo de la bioeconomía, por lo que requiere un marco estable y estratégico que potencie un tejido innovador en el que formen parte empresas, centros tecnológicos y universidades como elemento clave.

9.- Las personas son el centro: debemos exigir y ser capaces de asumir el compromiso comunitario para la construcción de políticas equitativas que garanticen la igualdad de género, la cohesión territorial, la formación y dignificación de las condiciones de trabajo, especialmente para mujeres y jóvenes.

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