Superficie verde

 

El mundo del siglo XXI se enfrenta a enormes desafíos medioambientales que afectan de forma directa al ser humano y a la extensa biodiversidad que le rodea. El cambio climático ha desencadenado catástrofes naturales, un aumento generalizado de las temperaturas, deshielos, reducción de las zonas costeras y la extinción de cientos de especies. Además, supone una amenaza para el suministro de alimentos y de agua dulce a nivel mundial, que ya han empezado a sufrir las zonas menos desarrolladas del planeta y provoca enfermedades respiratorias, cardiovasculares e infecciosas.

Invertir en la naturaleza es parte integral de la respuesta a muchos de estos retos. Englobadas en un nuevo concepto, el de “soluciones basadas en la naturaleza”, estas líneas de trabajo van un paso más allá del concepto de ciudades inteligentes y lo completan. En realidad, no es que se esté inventando nada nuevo. Como en el caso del concepto “economía circular”, las soluciones basadas en la naturaleza simplemente proponen utilizar el sentido común para atajar una economía basada en el despilfarro de los recursos.

¿Qué son las soluciones basadas en la naturaleza?

Son acciones inspiradas o directamente copiadas, en algunos casos de forma exacta y en otros explorando nuevas soluciones, que la propia naturaleza ayuda a mantener. Están orientadas a resolver los retos globales antes planteados de manera sostenible.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), fundada en 1948, fue la primera en acuñar este término. Según la actual organización medioambiental más grande del mundo, estas soluciones se basan en la premisa de que ‘la restauración y la buena gestión de los ecosistemas ayudan de modo eficaz y rentable a combatir el cambio climático y la pobreza, garantizando la seguridad energética y alimentaria e impulsando la resistencia contra las catástrofes’.

La UICN describe la naturaleza como ‘dinámica, creativa y un socio valorado y en pie de igualdad con quien debemos colaborar’. Es por ello que muchas entidades, organizaciones, expertos y administraciones trabajan activamente durante los últimos años en aras de lograr un eficaz binomio entre naturaleza e I+D+i.

En este contexto, se desarrolló el V Foro CARTIF Tecnología-Empresa, sobre soluciones basadas en la naturaleza para afrontar los retos urbanos. El principal objetivo de esta cita era compartir ideas y proyectos basados en la naturaleza que se están llevando a cabo en distintas ciudades, orientados a resolver retos sociales, económicos y medioambientales.

Condado de Merseyside

En Europa, el 70% de la población vive en grandes ciudades que son los principales focos de consumo energético y de emisión de gases de efecto invernadero. Por esta razón, se han convertido en el laboratorio de desarrollo de este tipo de soluciones, que no solo mitigan los efectos del cambio climático, sino que además influyen de forma decisiva en la calidad de vida de las ciudades en otros muchos aspectos.

Actualmente, los efectos negativos de la acción humana sobre el medio ambiente están incrementando la conciencia social, por lo que es un momento idóneo para invertir en este tipo de soluciones. Se trata de una oportunidad de negocio con mucho camino por recorrer, en la que investigación e innovación juegan un papel clave.

Por todas estas razones, CARTIF quiso reunir a empresas, expertos y administraciones públicas en un Foro de debate en el que se contaran experiencias en marcha, ideas de proyectos y vías de financiación en una materia aún no suficientemente conocida entre los que trabajan en I+D.

Dada la experiencia de los diferentes equipos de investigación del Centro tanto en gestión sostenible como en ciudades inteligentes (CARTIF trabaja en cinco proyectos que se desarrollan en ciudades de toda Europa, liderando cuatro de ellos), las soluciones basadas en la naturaleza eran el paso natural de las diferentes líneas de investigación. Entre sus líneas de trabajo está la creación de infraestructuras

las soluciones basadas en la naturaleza simplemente proponen utilizar el sentido común para atajar una economía basada en el despilfarro de los recursos

verdes en las ciudades y sus alrededores, solución que favorece la adaptación al cambio climático y mejora la imagen urbana. Por otro lado, trabaja en la creación de granjas urbanas con el mínimo consumo de energía posible que suministren a la población productos ecológicos y sostenibles. La creación de suelos inteligentes, la regulación del flujo de agua o la búsqueda de nuevos sistemas de captura de emisiones, completan esta oferta tecnológica.

Vías de financiación

Con el objetivo de demostrar que estas soluciones reportan beneficios medioambientales, económicos y sociales, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) ofrecen financiación a través de sus programas europeos y representantes de ambas entidades participaron en el V Foro de CARTIF para hablar de ellos.

Lydia González, representante en el Comité de Programa de H2020, afirmó que ‘estos programas se diseñan con el fin de orientar la producción, el consumo y el estilo de vida hacia la sostenibilidad, en consonancia con el cuidado de la naturaleza’. Por su parte, María José Alonso, de la Oficina Española de Cambio Climático, habló sobre la financiación para Proyectos Clima, que tienen como principal objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la huella de carbono.

Campo grande valladolid
Lago interior campo grande valladolid
Parque inundable "la marjal" alicante
Fachada vegetal Palacio de Congresos de Vitoria

¿Qué se está haciendo y cuáles son los resultados?

Afortunadamente, ya hay en marcha proyectos para renaturalizar las ciudades. Uno de los más conocidos es el que lidera el británico Paul Nolan: the Mersey Forest. Se trata de una red de bosques y áreas verdes que se extiende a lo largo de los condados Cheshire y Merseyside, al noroeste de Inglaterra. Su historia comienza en la década de los 90, cuando se eligieron 12 áreas del país para los programas de plantación de árboles a largo plazo con el fin de mejorar el medio ambiente local en beneficio de las personas, la fauna y la economía. Desde entonces, se han plantado más de 9 millones de árboles en la zona, que ya ha sido bautizada como el Bosque de Mersey, lo que equivale a cinco nuevos árboles por cada habitante.

Como Nolan aseguró, este tipo de soluciones juegan un papel fundamental en el cuidado del medio ambiente y son un actor clave de la infraestructura verde de un país, gracias a la creación y gestión de un paisaje arbolado a largo plazo. Los bosques permiten a las regiones adaptarse al cambio climático, ya que pueden mantener espacios urbanos y rurales frescos, reduciendo los aumentos de temperatura.

Por otro lado, su aportación a la economía de la zona es indiscutible. En The Mersey Forest, ‘por cada libra invertida se generan ocho’, aseguró Nolan. Su proyecto está creando puestos de trabajo, especialmente en el sector de la madera, y atrayendo a nuevos inversores. La mejora de la imagen de pueblos y ciudades también contribuye a un aumento del número de turistas.

Por último, las soluciones basadas en la naturaleza están aumentando el nivel de vida de los habitantes de la zona, cambiando sus hábitos e influyendo en sus conductas medioambientales. Las zonas verdes se han convertido en espacios de ocio, juego y deporte para todas las edades. Nolan compartió con los asistentes al Foro CARTIF el compromiso de su entidad por la ‘conexión entre educación y naturaleza’, con el fin de que los niños ‘pasen más tiempo al aire libre que en las aulas y aprendan sobre la fauna y la alimentación saludable’.

De acuerdo con Nolan se mostró Teresa Redondo, Directora del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valladolid, que asegura que la capital castellanoleonesa se encuentra a la cabeza de ciudades españolas en cuanto a extensión de superficies verdes. En los últimos años, el Ayuntamiento trabaja con este tipo de soluciones naturales con el objetivo de solventar determinados problemas como el excesivo consumo energético, la contaminación del aire o la contaminación acústica.

Las soluciones naturales permiten además minimizar el efecto ‘isla de calor’ que se produce en las ciudades con exceso de materiales de construcción y ausencia de zonas verdes. Los expertos confirman la relación entre las altas temperaturas urbanas y la falta de vegetación. Redondo aseguró que ‘en los últimos 18 años, Valladolid ha multiplicado por dos y medio la superficie vegetal’, contando actualmente con más de 40.000 árboles a lo largo de la ciudad.

Otro ejemplo de los beneficios de estas soluciones en las ciudades es el parque inundable ‘La Marjal’ construido en Alicante. Se trata del parque urbano inundable más grande de Europa. Concebido como depósito de agua, puede evacuar al mar en caso de inundación, y se ha convertido en un nuevo pulmón verde sostenible: “un laboratorio de biodiversidad, con especies animales y vegetales que nunca antes se habían visto en la zona”, en palabras del Jefe de Tecnología de Aguas de Alicante, Antonio Sánchez Zaplana.

Esta solución evita riesgos de inundaciones en la zona, reduce los costes de las obras hidráulicas y además emplea el agua regenerada para riego y llenado de estanques. Además, Sánchez Zaplana aseguró la rentabilidad social de la inversión, al destinar una parte importante del presupuesto a crear un nuevo espacio público, un parque municipal, para el disfrute de los ciudadanos.

Sin embargo, ‘no todas las soluciones basadas en la naturaleza e implementadas en las ciudades son sostenibles o ecológicas’, tal y como manifestó Jordi Serramía, arquitecto de la empresa Singular Green. ‘Si un jardín vertical o una piscina natural, emplean más recursos para su creación, cuidado y mantenimiento que los beneficios que reportan, no son sostenibles’, explicó Serramía. Singular Green basa su línea de negocio en el diseño de soluciones verdes para ciudades con el objetivo de integrar naturaleza y arquitectura.

Dada su dilatada experiencia en este tipo de proyectos naturales, Serramía explicó la importancia de establecer una sistematización de los planes de aplicación de estas soluciones que permita cuantificar el impacto y saber, de manera previa, si se obtendrán o no beneficios y de qué tipo.

Serramía puso como ejemplo el jardín vertical que su empresa ha instalado en la fachada del Palacio de Congresos de Vitoria, que además de servir de aislamiento, ha supuesto un aumento de la biodiversidad y ha mejorado la imagen del edificio y su compromiso con el medio ambiente.

Como conclusión de este V Foro CARTIF, todos los agentes presentes expresaron su convencimiento de que las ciudades y sus habitantes demandan una unión entre núcleos urbanos y soluciones naturales a largo plazo, que desplieguen las propiedades de los ecosistemas naturales y los servicios que prestan de una manera inteligente. La naturaleza está en el corazón del desarrollo socioeconómico y la investigación puede convertirla en actor principal en el desarrollo de las ciudades del futuro.

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